martes, 26 de junio de 2018

Autonomía limitada (Constrained Autonomy)


La semana pasada tuve el privilegio de empezar mis estudios en el MIT (Massachussets Institute of Technology). He iniciado un conjunto de cursos alrededor de innovación, y parte de la meta personal que me he puesto es compartir mis conclusiones de cada día en mi blog, dándole claro, mi toque frente a proyectos reales y situaciones cotidianas que he vivido en mi vida profesional y personal.
El primer día, después de todas las clases, un tema que quedo grabado en mi mente fue tal vez el comentario más pequeño y de menos “gracia” durante el curso, pero como siempre digo, todo depende del contexto, de donde estas parado en cada momento y cuáles son tus mayores preocupaciones. Así que con el perdón de mis profesores y todo lo que esforzaron durante este primer día, me quedo con esto: La definición de innovación, y del rol de quien la lidera, así como de la realidad del proceso dentro de las compañías. Y todo se resume en este diagrama:

 


Como sé que el diagrama por sí solo no dice mucho, explicare el análisis detrás de él, esto fue entregado por el profesor “Sandy Weiner”. El circulo son las organizaciones y sus límites, el limite hasta dónde puede llegar a crecer la innovación, que es por supuesto el cuadro de adentro. Ahora las líneas negras, esos somos nosotros, los que lideramos esto procesos, los que luchamos día a día para primero buscar un alineamiento entre los limites infranqueables de la innovación (porque innovar sin buscar cambiar esos límites es casi imposible, o no tiene sentido), y que también negociamos esto con los propios límites que la innovación se impone. Buscamos un equilibrio un alineamiento, en otras palabras, en este proceso no somos más que mediadores entre dos limites, de dos esquemas diferentes, que deben al final alinearse en un objetivo común.
Ahora bien, dicho esto, como en todos mis cursos (o al menos los que pude asociar de manera correcta a mi contexto), pensé en mi labor diaria y como el concepto de innovación puede empezar a carecer de sentido, cuando suceden distintas situaciones, y sobre todo, como profesional cual era mi plan para afrontarlo de ahora en adelante:
1.       Los límites de la organización son tan estrechos que no hay nada que mediar: Y no puedo negar que pensé en organizaciones en las que he estado. En donde se desea tener un proceso de innovación y se cree fielmente en la necesidad del cambio, más, sin embargo, la organización, una vez comprende que innovación significa algo mas allá de implementación de tecnologías, cuando siente que sus límites infranqueables empiezan a ser cuestionados, se aprieta con todas sus fuerzas, para fortalecerse en su “status quo”.
Que hacer: Bueno personalmente, puedo decirles que, luchar no sirve de nada. Es como nadar contra corriente en el mar, nos cansamos, empezamos a tragar agua y finalmente nos ahogamos. Mi consejo es hacer diferencia en el pequeño espacio de manejo que nos dejen los fuertes límites impuestos, en la más pequeña autonomía que nos dejen. La única forma de avanzar es mostrar resultados, a la innovación nadie le tiene a fe a menos que demuestre algún resultado. Busquemos algo pequeño en donde podamos modificar, y asegurémonos de hacerlo bien, de medirlo y de venderlo.
2.       Los límites de la innovación quieren pasar por encima de los corporativos de manera apresurada: Este es un mal, resultado de la presión del punto 1, de la solicitud continua de resultados, sumado a el ímpetu que la mayoría de equipos de innovación traemos en el ADN y que es justamente lo que hizo que nos dedicáramos a esto en primer lugar.
Que hacer: Busque alguien en la organización que la conozca mejor que usted, porque seguramente usted es un poco nuevo y lleva la muy odiada etiqueta de innovación en la frente, pero debe ser alguien que no se resista al cambio, sino que puede darle una visión de la cultura, de las velocidades adecuadas, y sobre todo dejarle ver, que limites empezar a empujar, y cuáles temas son más sensibles y deben dejarse para futuras instancias. No vaya al campo de batalla sin conocer bien a su enemigo.
3.       La mediación se convierte en lucha: Aunque ya lo mencione en el punto anterior, debo hacer énfasis en este punto. Por más difícil que sea la batalla de la transformación, el abordarlo así, como una batalla, solo nos dejara cansados y perdedores. Y es que es más fácil aferrarse a lo conocido que buscar como dejarlo de lado, es del humano sentir miedo a cambiar algo que ya conoce. Y ni se diga de todos aquellos que piensan que perderán su trabajo, y digo piensan, porque la compañía tiene mejores planes para ellos, lástima que no logran verlo.
Que hacer: Identifique a aquel grupo de influencia que esta con usted, y enfóquese en ellos para pensar positivo. Y para aquellos que se resisten, persuadir, persuadir y persuadir. Cuando trabaje en innovación se dará cuenta que pasa más tiempo haciendo esto que cualquier otra cosa y por momentos puede sentir que no está innovando, pero justamente estas negociaciones, esto pequeños cambios que logra, cuando empieza a abrir ese círculo, es que en realidad está transformando.
4.       No se entiende el rol de innovación: Por último, y debo confesar, que nunca había encontrado una mejor forma de definir mi rol hasta esta clase, es entender que como innovadores no somos más que unos mediadores y negociadores que debemos persuadir a la organización para cambiar, pues a golpes no cambia ni una organización ni nadie.
Que hacer: Si como es mi caso, usted viene del área de tecnología, entienda bien que innovación no se trata de implementar software, muy al contrario, eso puede o no suceder para que un proceso de transformación sea real y exitoso. Así que, deje de pelear por los sistemas y déjele eso a las áreas de tecnología, entienda que usted ya evoluciono de ser un área ejecutora de requerimientos a un área transformadora de empresas, véalo así, y ya le vuelve a motivar su empleo.

Persuadir, persuadir y persuadir……!!