lunes, 20 de febrero de 2017

Resumen conferencia tecnologia es 99.99% personas

Presentacion completa DevUp



Aunque la participación en eventos y charlas es algo que he realizado con alguna frecuencia durante los últimos años, el evento al que fui invitada el sábado definitivamente fue diferente, y me motivo a crear este blog. 
Ver la organización, la atención y la preparación de un evento por un grupo de jóvenes que ha decidido unirse para profesionalizar nuestra carrera de ingenieros de software es emocionante, te hace ver lo poco que estás aportando desde tu posición y desde tu profesión, pero también te anima a creer que podemos ser mejores, estos jóvenes han fortalecido mi convencimiento en la capacidad que tenemos en El Salvador y en toda Latinoamérica para transformarnos. 
Aunque soy una promotora de los espacios de trabajo abiertos, la igualdad, las empresas sin jefes y la apertura a nuevos conceptos de administración, es difícil encontrar un balance que permita que la productividad de los equipos se mantenga, sobre todo para nosotros los latinos.

No fue una charla precisamente tecnológica, siempre he pensado que los conceptos de programación, los algoritmos y los patrones arquitectónicos pueden buscarse en google, en un libro, o podemos hasta bajar el código ya hecho.
Creo que estos espacios debemos aprovecharlos para hablar no desde la teoría que ya se encuentra publicada en un sin número de sitios, sino más vale para hablar desde nuestras propias experiencias y abrirnos a compartir con el mundo la sabiduría que cada uno de nosotros guarda, tomada de nada distinto a nuestras propias experiencias buenas y de nuestros errores.
Con esto presente quiero en esta primera "publicación, hablar de uno de los aprendizajes más grandes que he tenido a lo largo de mi carrera, aprovechando además que un grupo de jóvenes me lo pregunto al terminar la charla del sábado.

Desde mi experiencia, hemos creado una cultura para la es difícil manejar la libertar sin pasar los limites, lo que muchas veces dificulta implementar estos nuevos esquemas de trabajo que en países de primer mundo están hace años desbancando a las tradicionales organizaciones y jerarquías. Como les compartía el sábado, para que logremos transformar empresas y países, tenemos que empezar a cambiarnos a nosotros mismos.
Es importante que nuestros valores evolucionen, que nos hagamos disciplinados, honestos (primero con nosotros mismos), transparentes y rebeldes, no rebeldes sin causa, sino personas dispuestas a cuestionar todo lo existente y a trabajar para hacerlo mejor y diferente. No podemos seguir sentados lamentándonos por lo que fue en nuestro pasado, por nuestros gobiernos, lo que no nos enseñó la universidad, o por lo que no hacen los demás, es momento de empezar a transformar la realidad del país desde nuestras profesiones, y este grupo de jóvenes emprendedores sí que lo están haciendo, es admirable y loable de su parte, es un ejemplo a seguir y a promover, debemos dejar de hablar tanto y empezar a hacer algo por cambiar la realidad de cada uno de nosotros.

Pero, ¿Mientras aun seamos aquella cultura que no puede cumplir a tiempo una cita, como esperamos que nuestras culturas organizacionales logren transformarse a horarios flexibles en donde las personas solo estén en la oficina el tiempo que necesiten para cumplir sus responsabilidades sin horarios establecidos? Tenemos que cambiar nuestros valores, para después crear equipos con nuevos esquemas de trabajo, equipos que se auto regulen, se auto exijan, que no requieran de un jefe para cumplir sus objetivos, esos equipos que promueven los nuevos framework que andan tan de moda, la tan mencionada palabra “agilísimo” en todos sus sabores, esos son los equipos y las personas que transforman las culturas organizacionales y hasta los países enteros.

¿Pero y cuando ya tenemos una cultura flexible y ágil, como hacemos para manejar situaciones en las que las personas no pueden manejar este esquema de responsabilidad y pierden el rumbo?
Esa es justamente la pregunta que recibí el sábado al terminar la ponencia. En mi experiencia personal durante la implementación de estos esquemas de trabajo en compañías en el pasado, la clave es lograr que el equipo mismo se regule, porque si el líder toma la posición de ser quien llama a su oficina y pone un llamado de atención a un participante del equipo, inmediatamente se convierte en el jefe y sobre todo asume la responsabilidad de los incumplimientos, se vuelve el dueño de la cultura y del método cuando en realidad los únicos responsables son los mismos miembros del equipo, el más importante para construir cultura es el líder, pero un líder solo no construye nada, es la guía, pero es en realidad el equipo quien puede decidir o no transformar su forma de trabajo, sus valores y creencias.

Sin embargo, sin importar lo bien que se haya trabajado modificando nuestros valores, nuestros equipos y la cultura este tipo de situaciones se presentan y  lo importante es siempre guiar con el ejemplo, ubicar promotores dentro del equipo que puedan ayudar a aquellas “ovejas descarriadas” y moverlos a equipos exigentes y con alta productividad, cuando esos equipos reciben personas que han disminuido su rendimiento suelen llevarlos hacia arriba, regresarlos al nivel esperado o hasta un poco más de lo acostumbrado, el equipo al final termina auto regulándose y regulando a ese grupo de personas que pierde el rumbo o finalmente, en algunos casos, si la persona no logra adaptarte a este esquema de trabajo, finalmente ella misma entenderá que no está en su lugar y buscara alternativas de trabajo más tradicionales, más acorde a su estilo de trabajo.
Parte de nuestra madurez es saber cuándo dejar ir y cuando debemos irnos, y esto también aplica para nuestras relaciones laborales con empresas y equipos de trabajo.

Es importante siempre recordar que la transformación es un cambio que inicia en cada uno de nosotros, basando nuestros hábitos en valores de excelencia, luego constituyendo equipos que compartan estos valores y finalmente construyendo culturas abiertas, de igualdad y participación, en donde exista un compromiso mayor a trabajar desarrollando software diariamente, nuestro compromiso tiene que ser desde la profesión de cada uno aportar/proponer y hacer para transformar nuestro país.




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